Las fallas son unas fiestas que se celebran cada año en Valencia en marzo, en honor a San José. Durante estos días, la ciudad se llena de monumentos artísticos, llamados fallas, que representan escenas satíricas y críticas de la sociedad. Estas obras se queman todas la noche del 19, un gran espectáculo de fuegos artificiales y pólvora.
Durante las Fallas también es protagonista la gastronomía, ya que se pueden degustar dulces típicos que hacen las delicias de los falleros y los visitantes.
Descubre los más destacados a continuación.
Buñuelos de calabaza: el dulce fallero por excelencia
Los buñuelos de calabaza son el dulce más típico y popular de las Fallas. Son unas bolitas fritas, cuyo ingrediente principal es la calabaza asada. Los buñuelos se suelen comer recién hechos, acompañados de chocolate a la taza.
Pero ¿cuál es su origen?
Se dice que unos mercaderes portugueses trajeron hasta Europa una tira de masa frita que se servía para desayunar en Asia. Se hizo popular en Occidente y acabó llegando a Valencia, como en el resto de España, aunque con una particularidad: durante las primeras Fallas, algunas mujeres empezaron a elaborar buñuelos de vientos para obsequiar a los asistentes. Más tarde añadieron la calabaza cultivada en las huertas cercanas para dar salida a este producto. El resto es historia y tradición que se repite año tras año.
Durante las Fallas, se pueden encontrar en los numerosos puestos callejeros, así como en hornos y pastelerías. Los buñuelos de calabaza son un dulce irresistible que hay que probar.
Churros con chocolate: para desayuno y merienda
Si bien los churros no son típicos de Valencia, igualmente son otro de los dulces que nunca faltan en las Fallas. También se comen calientes, acompañados de chocolate a la taza.
Son ideales como desayuno o merienda y se pueden encontrar en los puestos callejeros que invaden la ciudad durante las Fallas.
Horchata y fartons: la combinación perfecta
La horchata es la bebida más popular de Valencia, la opción más refrescante para los días de Fallas. Se elabora a partir de la chufa, un tubérculo cultivado en la huerta valenciana, en la zona de Alboraya.
La horchata va inevitablemente ligada a los fartons, ya que es casi imposible tomarse uno sin el otro. De hecho, el origen de estos dulces valencianos se debe a la necesidad de encontrar un bollo perfecto para acompañar a esta icónica bebida. Cualquiera que los haya probado sabe que estos esponjosos dulces valencianos tienen algo especial y diferente.
Otros dulces típicos de las Fallas
Además de los dulces mencionado, te recomendamos probar también:
- La coca de llanda: un bizcocho casero, horneado en un molde de lata, llanda. Su receta es muy sencilla ya que nació como algo barato para llenar el estómago en la época después de la guerra.
- Las rosquillas o rollitos de anís: son un acompañante indispensable tras la comida o para merendar en muchas poblaciones valencianas, y son también conocidos como ‘borrachets’ por tener entre sus ingredientes el anís que les da nombre.
- Panquemao: aunque es un dulce típico de la Semana Santa, hoy se puede comer todo el año. En el interior es redondo y esponjoso, que contrasta con la capa exterior casi quemada que le da nombre. Según la zona, se conoce también como ‘panou’, ‘pa socarrat’, ‘tonya’ o ‘fogaseta’. Suele comerse con chocolate bien caliente o en tableta, para merendar.
- Pastissets de boniato: entre los dulces más habituales en las cocinas valencianas y cualquier época del año. Su origen es árabe y tienen forma de pequeñas empanadillas, donde se mezclan la canela y el boniato con un toque de cazalla. No puede faltar en la sobremesa junto al café.
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